Antes de la pandemia, los centros urbanos concentraban la mayor demanda de vivienda en México. Las grandes ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey veían una alta demanda de viviendas compactas, cerca de los principales polos de trabajo. Sin embargo, el confinamiento prolongado y la consolidación del trabajo remoto han impulsado un cambio en las preferencias de los consumidores. Ahora, muchas familias buscan espacios más amplios, con áreas verdes, y están dispuestas a mudarse a las periferias o incluso a otras ciudades que ofrezcan una mejor calidad de vida.
Estudios recientes muestran un aumento del 15% en la demanda de viviendas en ciudades intermedias como Querétaro, Mérida y San Luis Potosí. Estas ciudades, con un costo de vida más bajo y una infraestructura en crecimiento, están captando a aquellas familias que buscan mayor tranquilidad y espacio sin sacrificar la conectividad tecnológica.
Desafíos para los desarrolladores.
Si bien el cambio en las preferencias de los consumidores representa una oportunidad, también plantea retos significativos para los desarrolladores. El diseño de viviendas debe adaptarse a las nuevas necesidades de espacios multifuncionales, áreas de trabajo en casa y acceso a la naturaleza. Además, la presión sobre la sostenibilidad se ha intensificado, con un mercado que exige viviendas que sean eficientes energéticamente y respetuosas con el medio ambiente.
El consumidor de hoy ya no está dispuesto a sacrificar calidad de vida por proximidad a su trabajo. El reto para los desarrolladores es ofrecer proyectos que integren el entorno natural, que sean sustentables y, al mismo tiempo, accesibles económicamente.
Innovaciones tecnológicas: Proptech y Fintech al rescate
En este sentido, las plataformas tecnológicas también han jugado un papel crucial en la reactivación del sector. Desde la implementación de tours virtuales hasta la digitalización de las hipotecas, la tecnología ha permitido que el mercado se mantenga activo incluso en tiempos de restricciones sanitarias. La Proptech (tecnología aplicada al sector inmobiliario) ha facilitado procesos de compra, financiamiento y gestión de inmuebles, mientras que las Fintech han democratizado el acceso a créditos hipotecarios, ofreciendo tasas competitivas y trámites simplificados.
Al final de todo, el sector vivienda en México ha demostrado una notable capacidad de adaptación y resiliencia. A pesar de los desafíos impuestos por la pandemia, las nuevas tendencias en la demanda, junto con la adopción de tecnologías innovadoras, presentan un panorama lleno de oportunidades para el futuro. Para los desarrolladores e inversionistas que estén dispuestos a adaptarse, el renacer del mercado de la vivienda puede ser el inicio de una nueva era de crecimiento y transformación.